Dentro de nada tendremos que empezar a pensar en los
pequeños cambios que podemos hacer en nuestro hogar para adaptarlo a la nueva
estación. El otoño es la estación en la que, poco a poco, volvemos al interior de
las casas abandonando esas largas estancias en el exterior disfrutando de los
largos días de verano y de los tardíos atardeceres.
Todo ello supone que
nuestro mobiliario de exterior tenga que recogerse o colocar en el interior de
nuestras viviendas. Para los que tengáis algún lugar de almacenaje extra (un
cobertizo, un garaje, un sótano) el problema es menor, pero para los que no
disponen de estos espacios, la solución se complica.
La fotografía de hoy os
muestra cómo adaptar esos muebles de exterior a la decoración de interiores.
Estas dos preciosas butacas de bambú se han colocado en un rincón cerca de la ventana creando un maravilloso lugar de lectura y reposo.
En el centro un simple taburete alto de madera hace las veces de mesilla,
en la que se apoya el maravilloso arreglo floral que compartí con vosotros para
daros la bienvenida a este blog.
La parte baja de la ventana se ha utilizado
para colocar aquellas plantas que, por su naturaleza, no pueden resistir las
bajas temperaturas, cumpliendo así una doble misión, decorativa y ecológica,
aportando el toque verde a esa estancia que se refuerza con el ánfora
decorativa en el mismo color colocada justo a la entrada de la habitación.
La
paleta cromática me parece sublime. Esos tonos malva y rosa empolvados de los
cojines en lino, el gris lavado de la pared y los muebles de bambú, forman un
conjunto delicado, romántico y acogedor, que huye de los colores ocres y marrones tan usados
históricamente para las decoraciones otoñales. El contrapunto del verde en esos
pequeños detalles confiere al conjunto un toque de frescura muy acertado.
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Via: KK no |