EL RECIBIDOR DE UNA CABAÑA DE MAR

Seguro que todos estaréis de acuerdo en la importancia que tiene la primera impresión que cualquier visitante tiene de nuestra casa. Puede que, tras visitar otras estancias, su opinión cambie, pero es bastante difícil que no conserve ese gusto amargo de su primera imagen si no ha sido de su agrado.

Por eso es tan importante que, por sencilla o humilde que sea una casa, cuidemos mucho el lugar que ocupa el espacio inmediato en el cual damos la bienvenida a nuestro hogar. 

La fotografía de hoy intenta resumir en imágenes lo que os quiero transmitir.

Si os fijáis bien es una cabaña humilde de madera con techos ondulados y vigas a la vista, pero que ha cuidado al máximo su pequeña entrada.

Los elementos son muy sencillos y la paleta de color se reduce a tres. El negro, el verde botella y el amarillo, combinados en su justa medida y siguiendo las proporciones mágicas que aseguran el éxito en decoración.

Los que, como yo, habéis vivido en puertos de mar, recordaréis a las rederas remendando las artes de pesca de las barcas una vez habían vuelto de la mar. Recordaréis también, que antes de las boyas de materiales sintéticos actuales, las redes y las artes de pesca se señalizaban mediante unas bolas de cristal verde envueltas en unas mallas. Os suenan las bolas que están colgadas en esta entrada? Eso es, son precisamente estas que os estoy contando. 

Ya véis que fácil resulta darle una segunda vida a los objetos y resucitar la belleza en cada rincón. 

Via: Houzz

paleta