lunes, 31 de agosto de 2015

UN BELLO RINCÓN EN UNA ZONA DE PASO.

Dentro de nada tendremos que empezar a pensar en los pequeños cambios que podemos hacer en nuestro hogar para adaptarlo a la nueva estación. El otoño es la estación en la que, poco a poco, volvemos al interior de las casas abandonando esas largas estancias en el exterior disfrutando de los largos días de verano y de los tardíos atardeceres. 
Todo ello supone que nuestro mobiliario de exterior tenga que recogerse o colocar en el interior de nuestras viviendas. Para los que tengáis algún lugar de almacenaje extra (un cobertizo, un garaje, un sótano) el problema es menor, pero para los que no disponen de estos espacios, la solución se complica. 
La fotografía de hoy os muestra cómo adaptar esos muebles de exterior a la decoración de interiores. Estas dos preciosas butacas de bambú se han colocado en un rincón cerca de la ventana creando un maravilloso lugar de lectura y reposo. En el centro un simple taburete alto de madera hace las veces de mesilla, en la que se apoya el maravilloso arreglo floral que compartí con vosotros para daros la bienvenida a este blog. 
La parte baja de la ventana se ha utilizado para colocar aquellas plantas que, por su naturaleza, no pueden resistir las bajas temperaturas, cumpliendo así una doble misión, decorativa y ecológica, aportando el toque verde a esa estancia que se refuerza con el ánfora decorativa en el mismo color colocada justo a la entrada de la habitación. 
La paleta cromática me parece sublime. Esos tonos malva y rosa empolvados de los cojines en lino, el gris lavado de la pared y los muebles de bambú, forman un conjunto delicado, romántico y acogedor, que huye de los colores ocres y marrones tan usados históricamente para las decoraciones otoñales. El contrapunto del verde en esos pequeños detalles confiere al conjunto un toque de frescura muy acertado.

Via: KK no
Paleta


2 comentarios:

  1. Totalmente de acuerdo con tu apreciación sobre los colores y en la sugerencia de trasladar el mobiliario de exterior al interior.

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    1. No queda otra Carmela. Cuando no hay espacio tiene que haber imaginación. Y si hay imaginación, indispensable que vaya acompañada por la belleza.

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