El comedor y el salón de una vivienda son los lugares que podríamos denominar públicos de la casa. Son las estancias en las que de forma mayoritaria recibimos a nuestros amigos y familiares, y por tanto, aquéllas en las que la estética de nuestro hogar queda más al descubierto.
Tengo una premisa básica en lo que se refiere a los espacios que, en un momento inesperado, pueden ser motivo para que nos sintamos incómodos por su estado. EL ORDEN, sí el orden en mayúsculas. Si un espacio está ordenado ineludiblemente se verá bien y nos hará disfrutar y sentirnos satisfechos de poder estar en él .
Una casa ordenada es la mejor carta de presentación para las personas que viven en ella.
Por ese motivo prefiero los muebles con puertas o cajones. Aparadores, cajoneras, armarios son los mejores aliados para el orden. Tenedlo en cuenta a la hora de adquirir el mobiliario para vuestro hogar. (En otros post trataremos este tema del orden con mayor profundidad, sobre todo en baños, cocinas y habitaciones infantiles y juveniles).
En mi humilde opinión el orden y la elegancia van de la mano. En decoración pasa lo mismo que con las personas, por eso al ver la fotografía del comedor que hoy comparto con vosotros pensé inmediatamente en el orden como sinónimo de elegancia.
Todo cuando veo me fascina. Ese conjunto de mesa y sillas tapizadas en terciopelo azul grisáceo, tan adecuado para la época que vamos a iniciar, el aparador al fondo apoyado en el gran espejo (casi muro) manchado al ácido, la alfombra nítida, en gris, sobre el perfecto parquet de madera de roble colocado en espiga, los altísimos candelabros, esbeltos, con las velas en color azul cielo, la imponente escultura en metal sobre el aparador y el espectacular chandelier que corona el conjunto me han hecho pensar en las personas que habitan ese hogar. Las imagino personas ordenadas y elegantes, con buen gusto y refinadas.
Nada sería igual en este comedor si sobre el aparador hubiera una pila de papeles, una caja de cartón y la correspondencia acumulada de una semana. Tampoco sería lo mismo si las sillas estuvieran mal colocadas o si hubiera vasos usados encima de la mesa. Así que, por humilde que sea nuestra casa, si aplicamos el orden como punto central, conseguiremos que se convierta en un lugar más espacioso, con mejor ambiente y mucho más agradable.
Via: Houzz |
Y añadiría, nunca dejar puesto todo el tiempo el mantel que cubre la mesa a la hora de comer. Al igual que retiramos el servicio de mesa, también debemos retirar el mantel.
ResponderEliminarTotalmente de acuerdo. No soporto el mantel con las manchas inevitables de algún comensal mientras tomo el café o hago tertulia.
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